"Putamadre cuarto piso" pensó Alé.
Saltó de la cama directo a la puerta de salida "Cristabel terremoto" gritó mientras abría la puerta.
"Putamadre" pensó al mirar su pene.
Regresó porque no podía salir en pelotas, aunque ya lo había hecho antes. Y sin temblor. Alé es medio exhibicionista y casi siempre sale así, pero esta vez el invisible pudor que parecía inexistente en él, lo contuvo.
Regreso, y abrió la puerta del baño. "putamadre no me puedo escapar sin ella, no soy cabro" pensó Alé. "no sientes el temblor" dijo mirándola desnuda. No dijo ella.
El temblor desaparecía y Alé tomó el celular y llamó a su hijo. El hijo de Alé, como todo niño, tiene mucho miedo a los temblores y cuando ocurre uno, salta en los brazos de su padre. Una escena Koalica."Mi hijo mi hijo, mi hijito" pensó rápidamente Alé. Se arrepintió como muchas otras veces de pasar la noche con Cristabel, por preferir un momento placentero. Pero un segundo después esa sensación desapareció.
"Hijo sentiste el temblor" dijo Alé. "No pa. Me puedes llamar después, estoy jugando en la computadora". "Estás con tu madre", "Sí".
Alé colgó y miró a Cristabel secándose el cabello, frente al televisor, jóvemente desnuda. Y recordó el sentimiento segundos atrás y estaba arrepentido del arrepentimiento.
El hijo de Alé, la amante de Alé (porque no era su enamorada, y porque no tenía una, y porque no suena correcto decirle simplemente amiga), la madre de Alé, fueron los primeros nombres en que pensó Alé.
Y otra vez a la cama a perderse entre las sabanas hasta que se vaya a sus clases. Y qué creen.....
¡¡¡TEMBLOR!!! otra vez.