Odio a San Valentín.
No estoy. No me encuentro. Juro que me busco. Quizá fui almorzar; tal vez no escucho el llamado a la puerta, es más probable que no quiera ver a nadie. Sólo quiero permanecer en silencio, bebiendo. Pensando por qué no quiero salir. Pensando por qué la cago tanto.
A puesto que tú la has cagado igual o más. Parece que el error gusta como si la mierda fuera atractiva. Tal vez eres perfecto. Iluso y huevón.
Ódiala suavemente cuando esté desnuda. Llora un poco, recuerda al sonido la fuerza de la palabra amor. No temas, intenta recordar su aroma, su sabor.
¿Y si te fue infiel?
Intenta no pensar maldito cabrón.
Qué estoy haciendo; no sé qué estoy haciendo. Juro te amo. No creo en él, es decir; no puedo tomar el nombre de alguien que si existe o no; me tiene sin aparente importancia.
Sin embargo, y aunque las evidencias me sean contrarias, sé que no me perdonarás.
Todavía.