lunes, 7 de noviembre de 2011

OTRO HUEVÓN COMO YO

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He dejado de hacer esto blog mío. El puto dinero. El puto dinero.


Reproduzco lo que mi muy compañero de tertulias me escribió hace días:

"voy más de 72 horas con el portátil encendido y sin cambiarme el pijama (sin bañarme por supuesto), he estado leyendo de todo como un desquiciado, desde la distribución del mercado sexual en el mundo, pasando por el mineral afgano, fotografía malpensante, dictaduras que dicen "chao", literatura que no entiendo. Salgo de mi celda, y veo que no es de día, luego de orinar me miro al espejo, sin entender porque mierda hago esto. Alterno horas de sueño entre 4 ó 5 horas, y vuelvo a las lecturas.

Sabes que es lo más triste, que en los momentos en que al café le agrego pisco, recuerdo que durante estas horas, no he hablado con nadie, esta noche me he sentido muy solo, hago lo que quiero, sigo solo y no hago nada por remediarlo. Hoy cuando amanezca quizá salga en busca de comida, aunque siento que no me hará falta. Un beso Chola, necesitaba escribir, narrar lo mierda que me siento, por esto te cuento estas cosas. Porque tu puedes entender esta situación de vació, de vaso sin trago, barril sin vino, de seca botella, de vaho de cantina, de amargo tufo."


Mi hijo de 6 años no me interrumpe, el jamás lo hace. Me dice que escuche porque me va a preguntar , es momento de prestar atención (lee desde los 4 años), sobre el cuento que acaba de leer.

Que bello sufrimiento pasa Fredo. ¿Papá yo voy a ser como tu cuando sea grande? me pregunta el tiernamente ingenuo, con ojitos de esperanza y algo de anhelo.

Me cagó.

Yo quiero ser como Fredo. O quise ser como Fredo, o fui como él. Ya no importa.

Creo que por eso amo a mi André; mi hijo es el único que realmente tiene fe en mí, aquello que he perdido, aquello que me quitaron todos ustedes hijos de puta.

Le respondo a mi André: "yo quiero ser como tú". Responde "¿pero pero yo seré como tú?"

Me volvió a cagar.

Me parte. No saben cómo duele que un hijo se dirija a uno de esa manera, esos 100 centímetros de vida, me hacen pensar. Sus palabras me llevan a replantear la pregunta ¿Qué hice?

¿Cómo algo como yo, pudo ayudar en la producción de ese mi tierno hijo? Realmente entiendo poco o nada de esta vida. Es lo de menos. André con sus 6 años tiene la seguridad, el entiende, comprende, sabe lo que quiere y eso me sorprende.

Definitivamente, quiero ser como mi André.